12 de junio de 2008

Y los puestos siguen ahi

Los puestos de choripanes, sandwiches, panchos y chucherías -que venden desde carcazas de celulares, sopapas, enchufes y CDs vírgenes, hasta medias, películas viejas en VHS y pilas- siguen sobre los andenes, entorpeciendo la circulación de las 500.000 personas que todos los días usan la terminal de Constitución para unir el sur del Conurbano bonaerense con la Ciudad. La Secretaría de Transporte de la Nación había prometido que ayer, con dos meses de retraso, comenzaría a desalojar algunos de los casi 30 locales que ocupan un lugar que debería estar destinado sólo para el ascenso y descenso de pasajeros. Pero sólo sacaron uno, y hoy la mayoría de los puestos seguirán en el mismo lugar.
La encargada de llevar a cabo el operativo fue la UGOFE, la unidad de gestión de emergencia que administra la línea Roca y que está integrada por tres empresas: Metrovías, Ferrovías y Trenes de Buenos Aires. Pero ayer, con un fuerte operativo policial, y al cabo de todo el día sólo cerraron un Plaza Burguer, un puesto de venta de hamburguesas, pizzas y panchos. El personal de UGOFE que trabajó en el operativo le contó a Clarín: "éste es el primer paso. Las negociaciones son complicadas porque los puesteros tenían contratos con Metropolitano, la administradora anterior. La idea es que sólo queden 15 puestos". Según la Secretaría en toda la terminal hay alrededor de 80 locales, incluyendo los 30 que están en los andenes.
Pero ayer uno de los encargados de organizar la logística diaria en los puestos, Jorge Sadia, le aseguró a este diario que en total levantarán diez puestos: "Es lo que arreglamos con la gente de UGOFE. Acá hay muchas familias que dependen de estos puestos. Nosotros entendemos que en muchos casos impiden la circulación pero qué hacemos con la gente que se gana la vida en la estación", se preguntó. Sadia explicó que en cada puesto trabajan alrededor de 10 personas y que muchos están abiertos las 24 horas. Ahora los puestos más grandes tienen cuatro metros cuadrados: "Si hay que achicarlos, no tenemos problemas, pero queremos seguir trabajando", reclamó Sadia, vendedor en los trenes desde hace 38 años.
Los puestos, en medio de los andenes, son muy peligrosos. Por un lado porque impiden la circulación de la gente que sube y baja desde los trenes. Y porque serían un obstáculo si fuera necesaria una evacuación masiva del lugar. Constitución es la terminal con más pasajeros de la Ciudad y la única con puestos en los andenes.
Ayer a la tarde, cuando se desalojó el puesto de hamburguesas, el andén se llenó de curiosos que miraban cómo unos diez jóvenes desmontaron toda la estructura en cuestión de minutos: primero desconectaron las heladeras y un microondas y cargaron las bebidas y la comida sobre unas pequeñas zorras. Todo lo llevaron hasta el asentamiento conocido por la gente de la estación como "Villa Topo" (ver El eslabón...). Después colocaron cuatro zorras bajo del puesto y lo trasladaron, sin desarmar, desde el anden 4 hasta el 13, que está temporariamente en desuso por obras en los techos de la estacón. Y allí lo dejaron, con las persianas bajas.
Juan Avalos, que atiende un maxiquiosco en un andén, dijo que tenía miedo de quedarse sin trabajo: "Hubo muchos rumores durante toda la mañana, pero los encargados de los puestos nos dijeron que nos quedáramos en el molde, que todo iba a salir bien".
Aunque en la Secretaría de Transporte adelantaron que el proceso de reordenamiento demoraría unos 40 días, ayer en la estación la sensación estaba más cerca de una puesta en escena.

Nota publicada en el Diario Clarin

1 comentario:

Anónimo dijo...

Son un tanto molestos los puestos, especialmente en Plaza Constitución en hora pico, en dónde gracias a estos se generan cuellos de botella, muy propicios para que pungas trabajen cómodos, donde pueden cortar carteras, abrir mochilas y meter manos en bolsillos agenos con mucha facilidad. Y este es solo uno de los problemas.
No sé cual es la mejor solución para que los pasajeros puedan circular y los trabajadores no pierdan sus puestos, quizá podemos empezar por reorganizarlos e impedir que sean tan grandes, como el que se está terminando de construir en Lomas de Zamora...